lunes, 5 de diciembre de 2011

ANTÓN LULI , SACERDOTE JESUITA ALBANÉS TESTIGO EN EL FUEGO DE LAS PRUEBAS.


Hermoso testimonio de vida sacerdotal- Antón Luli.


Pasó 42 años entre la cárcel, torturas y trabajos forzados, oficiando la Misa clandestinamente

Ya cumplidos los 80 años pudo celebrar, por fin, la Eucaristía en libertad y sin restricciones.

Ésta es la historia de una valeroso jesuita albanés llamado Anton Luli. Una vida llena de penalidades y sufrimientos bajo la dictadura comunista en Albania y, a la vez, testimonio de cristiano.



«Bendigo al Señor, que a mí, su pobre y débil ministro, me ha dado la gracia de permanecerle fiel durante una vida prácticamente marcada por las cadenas. Sólo su gracia podía hacer esto.







Primer arresto

»Acababa de ser ordenado sacerdote cuando a mi país, Albania, llegó la dictadura comunista y la persecución religiosa más despiadada. Algunos de mis hermanos en el sacerdocio, después de un proceso lleno de falsedades y engaño, fueron fusilados y murieron mártires de la fe. Así celebraron, como pan partido y sangre derramada por la salvación de mi país, su última Eucaristía personal. Era el año 1947. Apenas había terminado mi formación.



»A mí el Señor me pidió, por el contrario, que abriera los brazos y me dejara clavar en la cruz y así celebrara, en el ministerio que me era prohibido y con una vida transcurrida entre cadenas y torturas de todo tipo, mi Eucaristía, mi sacrificio sacerdotal.

»El 19 de diciembre de 1947 me arrestaron con la acusación de agitación y propaganda contra el gobierno. Viví diecisiete años de cárcel estricta y muchos otros de trabajos forzados. Mi primera prisión, en aquel gélido mes de diciembre en una pequeña aldea de las montañas de Escútari, fue un cuarto de baño.

La cárcel era un baño lleno de excrementos
»Allí permanecí nueve meses. Me tenía que acurrucar sobre excrementos endurecidos y sin poder enderezarme completamente por la estrechez del lugar. La noche de Navidad de ese año -¿cómo podría olvidarla?- me sacaron de ese lugar y me llevaron a otro cuarto de baño en el segundo piso de la prisión, me obligaron a desvestirme y me colgaron con una cuerda que me pasaba bajo las axilas. Estaba desnudo y apenas podía tocar el suelo con la punta de los pies. Sentía que mi cuerpo desfallecía lenta e inexorablemente. El frío me subía poco a poco por el cuerpo y, cuando llegó al pecho y estaba para parárseme el corazón, lancé un grito de agonía. Acudieron mis verdugos, me bajaron y me llenaron de puntapiés. Esa noche, en ese lugar y en la soledad de ese primer suplicio, viví el sentido verdadero de la Encarnación y de la cruz.

Corriente eléctrica en los oídos como tortura
»Con mucha frecuencia me torturaban con la corriente eléctrica: me metían dos alambres en los oídos. Era una cosa horrible. Durante un tiempo me amarraban las manos y los pies con alambres, y me echaban al suelo en un lugar oscuro, lleno de grandes ratas que me pasaban por encima sin que yo pudiera evitarlo. Llevo todavía en mis muñecas las cicatrices de los alambres que se me incrustaban en la carne.Vivía con la tortura de permanentes interrogatorios, acompañados de violencia física. Recordaba entonces los golpes sufridos por Jesús al ser interrogado por el Sumo Sacerdote.

Más torturas
»Una vez me colocaron delante un papel y un bolígrafo y me dijeron: Escribe una confesión de tus crímenes y, si eres sincero, podríamos hasta mandarte a casa. Para evitar golpes y bastonazos empecé a llenar alguna página con los nombres de muertos o de fusilados, con los que nunca tuve nada que ver. Al final añadí: Todo lo que he escrito no es verdadero, pero lo he escrito porque me obligaron. El oficial empezó la lectura con una sonrisa de satisfacción, seguro de haber logrado su objetivo, pero cuando leyó los últimos renglones, me golpeó y, blasfemando, ordenó a los policías que me llevaran fuera, gritando: Sabemos cómo hacer hablar a esta carroña.

Jesús, siempre a mi lado...
»Pero en esos sufrimientos tuve a mi lado y dentro de mí la consoladora presencia del Señor Jesús, sumo y eterno sacerdote, a veces, incluso, con una ayuda que no puedo menos de definir “extraordinaria”, pues era muy grande la alegría y el consuelo que me comunicaba.

Trabajos forzados en los pantanos
»Al salir de la prisión, me enviaron a trabajos forzados como obrero en una finca estatal: me pusieron a trabajar en la recuperación de los pantanos. Era un trabajo fatigoso y con la poca alimentación que teníamos se nos reducía a gusanos humanos: cuando uno de nosotros caía extenuado, le dejaban morir. Pero en aquella etapa logré decir misa de manera clandestina y sólo desde el ofertorio hasta la comunión. Conseguí un poco de vino y algunas formas, pero no podía confiar en nadie ya que si me descubrían, me hubieran fusilado. En este trabajo en los pantanos estuve 11 años.

Otra vez a la cárcel y pena de muerte
»El 30 de abril de 1979 me arrestaron por segunda vez, me registraron y me llevaron a la ciudad de Scurati. No tenía consigo más que el rosario, un cortaplumas y el reloj. Después de la requisa me tiraron al suelo de una celda. Me daba cuenta que me dirigía a un nuevo calvario; pero de improviso la desolación dio paso a una extraordinaria experiencia de Jesús. Era como si Él estuviera allí presente, de frente a mí, y yo le pudiera hablar. Fue determinante para mí. Comenzaron de nuevo las torturas y otro proceso: el 6 de noviembre de 1979 me condenaron a a morir fusilado. La causa que adujeron fue sabotaje y propaganda antigubernativa. Pero, dos días después, la pena de muerte fue conmutada por 25 años de prisión.

La libertad... a los 80 años
»Prácticamente he conocido la libertad a los 80 años, cuando en 1989 pude celebrar la primera Misa en libertad. Pero hoy, recorriendo con mi pensamiento mi propia existencia, me doy cuenta de que la misma ha sido un milagro de la gracia de Dios y me sorprendo de haber podido soportar tanto sufrimiento, con una fuerza que era la mía, conservando una serenidad que no podía tener otra fuente que el corazón de Dios.

Experiencia como sacerdote
»Esta es mi experiencia sacerdotal en todos estos años; una experiencia, ciertamente, muy particular con respecto a la de muchos sacerdotes, pero desde luego no única: son millares los sacerdotes que en su vida han sufrido persecución a causa del sacerdocio de Cristo. Experiencias diversas, pero todas unificadas por el amor. El sacerdote es, ante todo, una persona que ha conocido el amor; el sacerdote es un hombre que vive para amar: para amar a Cristo y para amar a todos en Él, en cualquier situación de vida, incluso dando la vida.

»Pero hoy, contemplando la gloria de María en el Cielo, y pensando que también a nosotros se nos ofrece esta gloria futura con Dios, no puedo hacer otra cosa, que dirigirme a vosotros, queridos hermanos sacerdotes, con las palabras de san Pablo: “Porque estimo que los sufrimientos del mundo presente no son comparables con la gloria que ha de manifestarse en nosotros” (Rom 8, 18). Contemplamos la gloria de María en el cielo, permanecemos fieles, en pie, con fuerza y dignidad cerca de la Cruz de Jesús, sin importarnos el modo en que esa cruz se presente en nuestras vidas. nosotros somos personas que nos entregamos al amor de Cristo. ¿Quién nos podrá separar de este amor? Éste es el verdadero mensaje de mi experiencia de vida. En todos los momentos de sufrimiento y de dificultad “nosotros salimos vencedores gracias a Aquél que nos amó” (Rom 8, 37).

No al odio
»Pero nunca he guardado rencor hacia los que, humanamente hablando, me robaron la vida. Después de la liberación, me encontré por casualidad en la calle con uno de mis verdugos: sentí compasión por él, fui a su encuentro y lo abracé».

El padre Anton Luli S.J. murió en Roma el 10 de marzo de 1998 a la edad de 88 años.

Ir a la página de inicio , aquí 


jueves, 24 de noviembre de 2011

UN TRANSEXUAL RETORNA A SU MASCULINIDAD


CONVERSIÓN DE UN TRANSEXUAL 

Walt Heyer era un niño que creció en el Estado de California, en los Estados Unidos de América, a mediados de la década de 1940, interesado en los vaqueros, los coches y las guitarras de acero cuando un día a su abuela le pareció que él quería ser una niña. Ella ingenuamente hizo para él un vestido de gasa de color púrpura que él utilizaba cuando la visitaba.
Según Walt, al ponerse ese vestido de gasa de color púrpura se disparó algo que lo puso en un largo camino de 35 años que le condujo a un valle oscuro de “tormento, desilusión, remordimiento y tristeza”. Su confusión respecto a la identidad de género lo llevó al alcoholismo, a la drogadicción y a un intento de suicidio.
Finalmente, Walt recurrió a la vaginoplastia, la “cirugía de reasignación de género” para parecerse a una mujer, algo que llegó a lamentar profundamente, por eso él ahora aconseja a individuos confundidos en su género que se mantengan al margen. “Él (Dios) me hizo hombre, la forma que yo era, y el bisturí nunca llegó a cambiar eso”, dijo Walt aLifeSiteNews/Notifam (LSN) en una reciente entrevista.

Avergonzado de ser hombre
En su libro escrito por él en inglés, en 2006, “Trading My Sorrows: Man to woman and back-again – a personal story” (Intercambiando mis dolores: de hombre a mujer y viceversa. Una historia personal), Walt cuenta que el vestido púrpura fue sólo la primera de muchas influencias en su vida que le hizo avergonzarse de ser hombre. Dice que fue el acoso sexual que sufrió a manos de su tío lo que lo hizo sentirse avergonzado de sus genitales. Fue la severa disciplina de su padre –él dice que prácticamente indistinguible del abuso físico– lo que lo hizo sentirse incapaz de ser el niño que su padre quería que fuera.

Walt no recuerda un sentimiento lo suficientemente bueno por sus padres, tampoco haber podido complacerlos alguna vez y haber recibido alguna vez el reconocimiento que él tanto deseaba.
“Lo que yo quería desesperadamente era el reconocimiento de mis padres por aquello en lo que yo sobresalía, encontrar mi propio lugar donde pudiera expresarme, desarrollar mis talentos y hacer algo que yo disfrutara”, explicó Walt en su libro.
El niño que no tenía autoestima empezó a despreciarse a sí mismo y a su cuerpo. Walt comenzó a encontrar consuelo al vestirse como una chica y mantener esto en secreto frente a sus padres. Vestirse como una chica se convirtió en su escondite, donde se sentía a salvo de los dolorosos conflictos y la disciplina impartida por su padre y su madre.

La mujer, un tirano en su interior
Cuando Walt alcanzó la adolescencia dice que la niña que estaba dentro de su cabeza se volvió más poderosa y le demandaba más de su tiempo. A pesar del hecho que Walt disfrutaba con los coches llamativos y tener citas con chicas atractivas de su escuela secundaria, no importaba cuánto esfuerzo hiciera, él no podía alejar la obsesión de convertirse en una mujer. Después de la secundaria, Walt se mudó de la casa de sus padres, para poder disfrutar con el travestismo en la intimidad de su propia casa. Para entonces él había acumulado un cierto número de trajes de mujer, pero estaba todavía profundamente avergonzado de su hábito secreto.

Walt finalmente se casó, se hizo rico, y externamente parecía que estaba viviendo el sueño americano. Mantuvo en secreto sus permanentes escapadas al mundo de la mujer.
Walt dice que estuvo viviendo tres vidas distintas: de “hombre de negocios exitoso y bebedor, de padre y esposo amoroso perfecto en apariencia y de travesti retorcido”. Pero en su interior Walt experimentaba la fragmentación y la desilusión. Todo en su vida comenzó a desmoronarse.
Se volcó al alcohol como mecanismo de defensa, pero esto sólo aumentó su deseo de convertirse en una mujer. Dice que permitió a la niña dentro de su cabeza “expresarse” cada vez más, cuando él captó desesperadamente los momentos de alivio del embravecido mar de dolores y problemas de la vida.
En última instancia, Walt puso sus esperanzas en la cirugía de sexo como la soluciónque haría que su dolor desapareciera para siempre.

La cirugía
Primero fueron los pechos grandes, implantados mediante cirugía plástica. Luego vino el procedimiento que Walt lamenta mucho, la transformación quirúrgica de su órgano reproductor masculino para que pareciera un órgano reproductor femenino.

Walt tenía la esperanza que el procedimiento pudiera aliviar su “debilitante sufrimiento psicológico” y que eso iba a detener, de una vez por todas, el conflicto que lo había atormentado desde la infancia. Pero para su consternación, la reordenación de sus partes privadas y el cambio de su apariencia no efectuó el cambio correspondiente en el interior.
Después de la cirugía, la mente del Walt se convirtió en un campo de batalla depensamientos y deseos conflictivos que él sólo pudo describir como “agravante, penoso, deprimente, discordante, distorsionado [e] impredecible”.
Luego de la cirugía, a través de todos los días se hizo más claro para Walt que él había cometido un “gran error”. Su adicción a la cocaína y al alcohol, en un intento de mitigar el dolor emocional, sólo aumentó su miseria, la depresión y la soledad.
Walt supo entonces que el bisturí del cirujano y la amputación resultante no habían hecho que él dejara de ser hombre para convertirse en mujer. Se dio cuenta que la cirugía fue un “fraude total”. Sintió que no tenía más remedio que vivir la vida como una mujer quirúrgica, como un “impostor”.

Intento de suicidio
En este punto, él tocó fondo. La cirugía había destruido la identidad de Walt, su familia, su círculo social y su carrera. Sentía que no había nada para él sino morir. Walt, que había adoptado el nombre de Laura Jensen, trató de lanzarse desde una azotea, pero fue detenido por un transeúnte.

Sin hogar y sin dinero, el quebrado “transexual” habría terminado viviendo en la calle si un buen samaritano no le hubiese dado un lugar para dormir en un garaje. Este nuevo amigo animó a Walt para que asistiera a Alcohólicos Anónimos, donde se dio cuenta que tenía que conectarse a un “poder superior” si iba a llegar a la cima del lío en que se había metido.
Walt empezó a darse cuenta cada vez más que él era realmente un hombre, pero que estaba envuelto en una “máscara de mujer”.
“Yo era muy consciente que ahora estaba entre los deshechos de la humanidad, hundido en una vida arrojada a la basura, distorsionada por mis propias decisiones. El alcohol, las drogas y la cirugía me habían hecho inútil para cualquier cosa. Yo había fracasado estrepitosamente como el hombre que Dios había creado para que yo lo fuese”.

Fuera del valle de oscuridad
Con la ayuda de unos amigos cristianos recientemente encontrados, Walt comenzó un viaje hacia la sanación y hacia el descubrimiento de su verdadera identidad como hombre. Walt se dio cuenta que la clave para ganar la batalla que se desencadenó dentro de él era la sobriedad. Su mantra era: “Mantente sobrio, sin importar en qué, mantente sobrio”. Dejó la bebida y se volvió a Jesús como una fuente recién descubierta de fortaleza.

En cierta ocasión, durante un tiempo de oración con su psicólogo cristiano, Walt dice que experimentó espiritualmente al Señor, todo vestido de blanco, que se acercó a él con los brazos abiertos, lo envolvió y le dijo: “Ahora conmigo estás a salvo para siempre”. Fue en ese momento que Walt supo que iba a encontrar en Jesús la sanación y la paz que él tanto deseaba.
Durante una entrevista con LSN, Walt dijo que los que están luchando con su identidad como hombre o mujer y piensan que la cirugía de sexo es la solución “necesitan ir a un psicólogo o a un psiquiatra y entrar a terapia y cavar en el fondo para averiguar qué está causando este deseo, porque hay algunos problemas psicológicos subyacentes o algún problema psiquiátrico que no está resuelto que hay que explorar -si hubo abuso sexual, abuso físico (o) modelo”.
“Puede tomar un año explorar los temas profundos que están pasando y entonces, cuando se hace eso, se puede llevar a la persona a un punto donde puede comenzar a entender su género y comenzar a aceptar su género y a querer vivir el sexo que Dios le dio”.
Como un hombre ahora viejo, Walt cree que si pudiera volver atrás en el tiempo y decirse a sí mismo unas pocas palabras significativas como un hombre más joven, él diría a ese hombre más joven que evite la cirugía de sexo y que descubra la causa que subyace en el deseo por la cirugía.
Walt cree que su historia testimonia el poder de la esperanza, que nunca se debe renunciar a alguien, no importa cuántas veces él o ella caiga o cuántos giros y vueltas haya en el camino de recuperación. Por encima de todo, dice Walt, nunca se debe “subestimar el poder curativo de la oración y el amor en las manos del Señor”.

Fuente : Religión en libertad 


Comentarios al @

Reciban la Luz y la Paz del Espíritu Santo, Amén.

Volver a la página de inicio ,haga clic aquí

lunes, 14 de noviembre de 2011

FAMOSA ACTRIZ MEXICANA KARYME LOZANO, YA TIENE 3 AÑOS DE CONVERSA A LA FE CATÓLICA


La famosa actriz mexicana Karyme Lozano
Le pidieron que posara desnuda en una película... y ahí comenzó su vuelta a Dios
La popular actriz mexicana nos habla de su fe, su conversión ("soy una bebé, 3 años de conversa") y su visión del cine y del amor.

Karyme Lozano, actriz mexicana muy conocida en Hispanoamérica por sus telenovelas y últimamente por la película "Cristiada", que se estrenará pronto en España y EEUU, siempre creyó en Dios, pero de una forma confusa e inmadura


Su vida sentimental era igual de confusa y, como ella misma admite, "si me hablaban de castidad, me reía". Pero precisamente el pudor fue lo que le llevó a reflexionar y a tener una experiencia del Espíritu Santo, tomando un café con un amigo, que de repente cambió su vida radicalmente.

- Karyme, ¿podrías concretar exactamente cómo fue el momento de tu conversión plena a Dios?
- Pese a vivir en un mundo superficial, yo tenía cierta inquietud espiritual, buscaba a Dios en religiones raras, en la meditación... Pero lo que me cambió de verdad empezó así: una revista me pedía posar completamente desnuda, algo que nunca había hecho aún. Yo, con la mente, pensaba, "sí, ¿por qué no?" Pero mi corazón me decía: "no, no lo hagas". Yo no tenía nada clara mi fe pero tenía un altarcito con una imagen de Jesús, yo ya le pedía cosas a Dios, y le pregunté: "¿qué hago?" Fui demorando la sesión del desnudo durante tres semanas, sin decidirme...

- ¿Te presionaban?
- Sí, me llamaban, y mucha gente me decía: "otras actrices se desnudan, está bien, es artístico..". Pero mi corazón, en el fondo, quería escuchar otra cosa. Y rezaba: "Jesús, hazme ver la verdad de mi vida". Entonces pensé en hablar con 
Eduardo Verástegui,
actor mexicano como yo. La gente me decía que Eduardo ahora vivía en la fe, que hablaba de Dios incluso en entrevistas generalistas. Pensé: "Eduardo es el único en nuestro ambiente que me dirá que no haga el desnudo". ¡Pero él no estaba en el país, estaba de viaje en Europa!

- ¿Y qué pasó?
- Pues que quedé con un amigo de Eduardo que también era un converso reciente. Fueron cuatro horas apasionantes, con un café, hablando con él de Dios, de los valores, los sacramentos... ¡y la abstinencia! Él era novato en la fe pero el Espíritu Santo le iluminaba, le daba las palabras exactas. Él mismo luego me dijo "no sé ni cómo me salían esas palabras". Mira, si a mí me hablaban antes de abstinencia, yo me reía. Pero allí, en esa charla de café, de golpe lo entendí todo. Entendí de golpe la belleza de la abstinencia, de la castidad. ¡Fue el Espíritu Santo! Era un "antes no y ahora sí". Y me puse a llorar. Lloré porque entendía cómo había ofendido a Dios en mi vida.

Jesús dice que "el Espíritu Santo convence de pecado" [en Juan 16,18]...
- Eso fue lo que me pasó. Y nadie me lo había explicado. Allí tuve claro, de golpe, el tema del pecado. Y más cosas. Y le dije a Dios: "te doy gracias porque me has hablado con claridad; ahora dime cómo vivirlo en la familia, en la sociedad; ya no voy a echarme atrás, te lo entrego todo, mi vida mi carrera, y sólo pido que me guíes". Y así estoy: soy una bebé en la fe, llevo menos de tres años de conversa.

- Tú has sido madre soltera, muchos te han visto como un icono de belleza... ¿Qué dirías a los jóvenes sobre el amor? 
- Yo he vivido en la fama y el éxito. He probado drogas, no muchas, pero gracias a Dios que no me enganché a ellas, porque otros quedaron atrapados con menos. Vi el ambiente de las parejas, el todos con todos... pero era todo un vacío de tristeza, de crudeza moral. ¡Nada de eso da verdadera felicidad!

- ¿Y como es ahora tu vida sentimental?
- Tengo novio, también es católico practicante y vivimos la castidad y esperaremos hasta que nos casemos. Es un hermoso camino. Yo dije sí a Dios y él me dio un hombre bueno. Si te mantienes firme, atraes a gente que piensa como tú y te respeta. Es una relación hermosísima, porque estás por la persona, no por su cuerpo. En la castidad ves el verdadero amor, no la mera pasión. Lo estoy viviendo por primera vez en mi vida. Por eso, a los jóvenes les digo que no se rindan, que lo intenten y no se arrepientan de vivir así.

- ¿Cómo es tu vida espiritual o de oración? 
-  Igual que hacemos ejercicio para mantener el cuerpo, hay que fortalecer también el alma. Tengo un director espiritual, un sacerdote. Hay que fortalecerse para que no te tumbe el Enemigo (el "Patotas" le llamo yo). Intento ir a misa diaria y rezar el rosario cada día, pero no siempre lo consigo. Creo que es importante la confesión. Pido mucho la intercesión de la Virgen, sobre todo en mi relación de pareja, ¡es super importante que nos cubra con su manto!

- ¿Tienes algún santo preferido?
- Me gusta Santa Rita de Casia. Por cierto, que hay una película bonita sobre Santa Rita, que es fácil de encontrar. También tengo un pariente santo en la familia, Rafael Guízar y Valencia, un santo mexicano, es un mártir de la época de los cristeros. Yo le pedía mucho a San José por un buen marido. Y le rezo a San Miguel Arcangel en momentos de angustia o preocupación. También acudo a una Virgen de Guadalupe bendecida que me regaló mi mamá. En fin, mucha oración. Le platico mucho a Dios. Cuando flaqueo, Dios me recuerda que Él es lo importante. La comunión me da mucha fortaleza, luz de Dios, ¡es como unas pilas espirituales, da energía! 

- Háblanos de "Cristiada", la película ambientada en la guerra de los cristeros, en México. 
- Tiene un mensaje universal, no es una película religiosa. El tema central es la amistad, la unión que hace la fuerza, el luchar por la libertad en la época de los cristeros. El presidente impedía la libertad de religión, cerraron las iglesias... Pero el enfoque de la película no es lo católico, sino que el ser humano ha de luchar por su libertad y sus creencias. Gracias a esos héroes hoy tenemos libertad para la fe, para nuestras creencias y valores. 

- ¿Cómo ves el cine actual?
- Hay mucho cine amarillista, porque dicen que vende la violencia extrema, con drogas, sexo... Muchos directores van por esa rama. Pero el público está dispuesto a pagar por una película que le haga salir contento, con mensaje. El cambio empieza por el consumidor... Por ejemplo, "The Blind Side", protagonizada por Sandra Bullock, fue un gran éxito, era una película comercial pero con mensaje.... Y vendrán más, gracias al público. Por lo tanto, consumamos buen cine, que sea positivo para la sociedad. "Cristiada" es una película comercial, puede ser un gran éxito, entretiene a toda la familia y su mensaje es universal.

otro testimonio , Viva Cristo Rey , salvad almas del cine y tv , amén.

fuente : religión en libertad


volver a la pagina JANUA coeli de inicio , aquí


martes, 4 de octubre de 2011

CONVERSIÓN IN EXTREMIS DEL ACTOR JOHN WAYNE


Matthew Muñoz, de la diócesis de Orange (EE.UU)
El nieto sacerdote de John Wayne cuenta la conversión «in extremis» del vaquero a la fe católica
Poco antes de su muerte, la estrella de los «wersterns» se entristeció de no haberse convertido antes. «Desgraciadamente -le dijo a su nieto- he tenido una vida demasiado ocupada».
Mauro Pianta/Vatican Insider  


 

El “gringo” era un hombre de fe. Y, además, de fe católica. Y fue justamente así: John Wayne(pseudónimo de Marion Mitchell Morrison), el actor que interpretó el papel del pistolero duro en centenares de ‘westerns’, un año antes de afrontar su “último duelo”, el que combatió contra el cáncer de estómago que lo mató en el verano de 1979, se convirtió al catolicismo.
Lo recuerda en una entrevista con la agencia estadounidense Cna uno de los nietos del actor,Matthew Muñoz, sacerdote de la diócesis de Orange, California. El sacerdote, de 46 años, es hijo de Melinda, una de los cuatro hijos que el “duque” tuvo con su primera esposa Josephine Saenz. En 1945 se divorció de ella y se volvió a casar otras dos veces, siempre con latinas. «Mi abuela era católica –dijo Muñoz– y, desde el divorcio hasta la muerte de su marido, nunca se volvió a casar. Y nunca dejó de rezar por la conversión del abuelo».


Oraciones que parecen haber funcionado en 1978. John Wayne, cuya familia era presbiteriana, tenía óptimas relaciones con Tomas Clavel, arzobispo de Panamá. El prelado siempre lo animaba para que se conviertiera a la fe católica. «Un día, en 1978 –recuerda el nieto–, mi abuelo lo llamó y le dijo: “Ok, estoy listo”. Sin embargo, el obispo estaba muy enfermo. No podía moverse. Pero envió a su sucesor, el arzobispo Mc Graith, a Hollywood. Mi mamá y mi tío estaban esperando la llegada del arzobispo. Y estuvieron presentes cuando mi abuelo recibió el bautismo».


¿Cómo era realmente este "vaquero"?Pero, ¿qué tipo de hombre era el “duro” por antonomasia de Hollywood? «Recuerdo –respondió el nieto– las visitas a su casa: me hacía jugar y me divertía mucho. Un abuelo de verdad. Muy diferente de la imagen que habían creado sobre él...».
En cuanto a la conversión “in extremis”, Muñoz dijo: «Poco antes de su muerte, el abuelo se entristeció de no haberse convertido antes. Desgraciadamente, me dijo, he tenido una vida demasiado ocupada».


El nieto subraya que en realidad John Wayne nunca fue un enemigo de la religión. «Sus padres le habían inculcado los principios de la Biblia: él mismo escribía cartas muy dulces a Dios. Para algunos, eran cartas ingenuas; yo creo que estaban llenas de una sabiduría profunda».


La Victoria es de Dios solo




Ir a la página de inicio :  www.januacoeli-puertadelcielo1.blogspot.com


viernes, 30 de septiembre de 2011

DE CANTAR "HAPPY BIRTHDAY" EN BIKINI A BERLUSCONI...

De cantar «happy birthday» en bikini a Berlusconi a vivir en un convento de Medjugorje

Posted: 30 septiembre, 2011 by marcelomarciano in Sin categoría
 «Yo nunca he sido tan feliz como lo soy en Medjugorje, y pretendo seguir aqui porque me siento amada por Dios», explica la ex top model.
La top model polaca Ania Goledzinowska, novia de Paolo Enrico Beretta (sobrino de Silvio Berlusconi) dejó Italia hace tres meses para retirarse en el convento de la localidad mariana de Bosnia-Herzegovina y para dedicar su vida a la oración. Fue una de las caras de Chanel, la que en la fiesta de cumpleaños de 2008 de Berlusconi salió de un “regalo gigante” en bikini para cantar “Happy birthday” al presidente italiano.
Su vida cambió de la noche a la mañana
Pero Ania Goledzinowska sufrió una conversión radical («tenía una especie de alergia por los sacerdotes y por la Iglesia», durante un viaje a Medjugorje. La ex top model, en una entrevista con el Catholic Herald inglés, cuenta que nunca había sido verdaderamente feliz y que sufrió un periodo de depresión. «Tenía una vida privilegiada que ya no me gustaba, quería cosas simples, normales, hasta que una mañana llamé a un amigo y le pedí que me ayudara a regresar definitivamente a Medjugorje, de lo contrario me habría arrojado por la ventana: me fui de Italia con dos maletas y sin decirle nada a nadie». Era el 25 de junio, a pocas horas del vuelo previsto hacia Cerdeña, en donde Ania tenía una cita en un programa de televisión; era el 30 aniversario de la aparición de la Virgen de Medjugorje.
«Ahora vivo en una comunidad mariana con sacerdotes y monjas, me despierto a las cinco, rezo el Rosario mientras subo el monte Podbrdo y luego vuelvo para asistir a misa, explica. Ofrezco mi ayuda a las hermanas para limpiar las habitaciones y los baños, planchando y cocinando. También tenemos una huerta y gallinas. Descanso por la tarde y a las siete continuamos con las oraciones. Muchos de mis amigos no entienden esta decisión, pero yo nunca he sido tan feliz como en estos tres meses y pretendo permanecer aquí, porque me siento amada por Dios y satisfecha por lo que hago». Ninguna nostalgia por las “fiestas exlusivas” ni por la ropa elegante: «Uso los “hábitos de la Providencia” que dejan aquí los peregrinos».
Su novio quedó muy sorprendido por su decisión
Su novio, «al principio le afectó mucho la decisión que tomó, durante dos semanas no supo en dónde estaba, nos vimos después de un mes, cuando decidí que me mudaría definitivamente a Medjugorje, y dijo que me entendía: durante tres años fue el único hombre que me respetó siempre». Sobre el “Happy birthday” para Berlusconi se limita a decir que «después de Medjugorje, hay muchas cosas que no volvería a hacer. Jesús salva a los pecadores como yo».
La ex modelo ahora trabaja en la asociación “Corazones puros” para aquellos que viven en castidad hasta el matrimonio. La señal para reconocerse: «anillos numerados». Y observa, sobre tantas conversiones de los “Vip” en Medjugorje, que «algunos lo hacen para obtener publicidad», pero «también están los que necesitan verdaderamente respuestas». Está convencida de que «el mundo de hoy está buscando la verdad, porque vivimos en una falsa realidad». Una batalla contra «gente falsa, molestias, abusos, drogas y muchas otras cosas».
Considera que tuvo «que vivir cosas malas en el pasado para poder dar hoy el testimonio de que se puede cambiar y que la vida real es algo diferente». Se define como «la primera de las pecadoras» y ahora «no quiere perder el don de gozar la gracia de Dios».