jueves, 24 de noviembre de 2011

UN TRANSEXUAL RETORNA A SU MASCULINIDAD


CONVERSIÓN DE UN TRANSEXUAL 

Walt Heyer era un niño que creció en el Estado de California, en los Estados Unidos de América, a mediados de la década de 1940, interesado en los vaqueros, los coches y las guitarras de acero cuando un día a su abuela le pareció que él quería ser una niña. Ella ingenuamente hizo para él un vestido de gasa de color púrpura que él utilizaba cuando la visitaba.
Según Walt, al ponerse ese vestido de gasa de color púrpura se disparó algo que lo puso en un largo camino de 35 años que le condujo a un valle oscuro de “tormento, desilusión, remordimiento y tristeza”. Su confusión respecto a la identidad de género lo llevó al alcoholismo, a la drogadicción y a un intento de suicidio.
Finalmente, Walt recurrió a la vaginoplastia, la “cirugía de reasignación de género” para parecerse a una mujer, algo que llegó a lamentar profundamente, por eso él ahora aconseja a individuos confundidos en su género que se mantengan al margen. “Él (Dios) me hizo hombre, la forma que yo era, y el bisturí nunca llegó a cambiar eso”, dijo Walt aLifeSiteNews/Notifam (LSN) en una reciente entrevista.

Avergonzado de ser hombre
En su libro escrito por él en inglés, en 2006, “Trading My Sorrows: Man to woman and back-again – a personal story” (Intercambiando mis dolores: de hombre a mujer y viceversa. Una historia personal), Walt cuenta que el vestido púrpura fue sólo la primera de muchas influencias en su vida que le hizo avergonzarse de ser hombre. Dice que fue el acoso sexual que sufrió a manos de su tío lo que lo hizo sentirse avergonzado de sus genitales. Fue la severa disciplina de su padre –él dice que prácticamente indistinguible del abuso físico– lo que lo hizo sentirse incapaz de ser el niño que su padre quería que fuera.

Walt no recuerda un sentimiento lo suficientemente bueno por sus padres, tampoco haber podido complacerlos alguna vez y haber recibido alguna vez el reconocimiento que él tanto deseaba.
“Lo que yo quería desesperadamente era el reconocimiento de mis padres por aquello en lo que yo sobresalía, encontrar mi propio lugar donde pudiera expresarme, desarrollar mis talentos y hacer algo que yo disfrutara”, explicó Walt en su libro.
El niño que no tenía autoestima empezó a despreciarse a sí mismo y a su cuerpo. Walt comenzó a encontrar consuelo al vestirse como una chica y mantener esto en secreto frente a sus padres. Vestirse como una chica se convirtió en su escondite, donde se sentía a salvo de los dolorosos conflictos y la disciplina impartida por su padre y su madre.

La mujer, un tirano en su interior
Cuando Walt alcanzó la adolescencia dice que la niña que estaba dentro de su cabeza se volvió más poderosa y le demandaba más de su tiempo. A pesar del hecho que Walt disfrutaba con los coches llamativos y tener citas con chicas atractivas de su escuela secundaria, no importaba cuánto esfuerzo hiciera, él no podía alejar la obsesión de convertirse en una mujer. Después de la secundaria, Walt se mudó de la casa de sus padres, para poder disfrutar con el travestismo en la intimidad de su propia casa. Para entonces él había acumulado un cierto número de trajes de mujer, pero estaba todavía profundamente avergonzado de su hábito secreto.

Walt finalmente se casó, se hizo rico, y externamente parecía que estaba viviendo el sueño americano. Mantuvo en secreto sus permanentes escapadas al mundo de la mujer.
Walt dice que estuvo viviendo tres vidas distintas: de “hombre de negocios exitoso y bebedor, de padre y esposo amoroso perfecto en apariencia y de travesti retorcido”. Pero en su interior Walt experimentaba la fragmentación y la desilusión. Todo en su vida comenzó a desmoronarse.
Se volcó al alcohol como mecanismo de defensa, pero esto sólo aumentó su deseo de convertirse en una mujer. Dice que permitió a la niña dentro de su cabeza “expresarse” cada vez más, cuando él captó desesperadamente los momentos de alivio del embravecido mar de dolores y problemas de la vida.
En última instancia, Walt puso sus esperanzas en la cirugía de sexo como la soluciónque haría que su dolor desapareciera para siempre.

La cirugía
Primero fueron los pechos grandes, implantados mediante cirugía plástica. Luego vino el procedimiento que Walt lamenta mucho, la transformación quirúrgica de su órgano reproductor masculino para que pareciera un órgano reproductor femenino.

Walt tenía la esperanza que el procedimiento pudiera aliviar su “debilitante sufrimiento psicológico” y que eso iba a detener, de una vez por todas, el conflicto que lo había atormentado desde la infancia. Pero para su consternación, la reordenación de sus partes privadas y el cambio de su apariencia no efectuó el cambio correspondiente en el interior.
Después de la cirugía, la mente del Walt se convirtió en un campo de batalla depensamientos y deseos conflictivos que él sólo pudo describir como “agravante, penoso, deprimente, discordante, distorsionado [e] impredecible”.
Luego de la cirugía, a través de todos los días se hizo más claro para Walt que él había cometido un “gran error”. Su adicción a la cocaína y al alcohol, en un intento de mitigar el dolor emocional, sólo aumentó su miseria, la depresión y la soledad.
Walt supo entonces que el bisturí del cirujano y la amputación resultante no habían hecho que él dejara de ser hombre para convertirse en mujer. Se dio cuenta que la cirugía fue un “fraude total”. Sintió que no tenía más remedio que vivir la vida como una mujer quirúrgica, como un “impostor”.

Intento de suicidio
En este punto, él tocó fondo. La cirugía había destruido la identidad de Walt, su familia, su círculo social y su carrera. Sentía que no había nada para él sino morir. Walt, que había adoptado el nombre de Laura Jensen, trató de lanzarse desde una azotea, pero fue detenido por un transeúnte.

Sin hogar y sin dinero, el quebrado “transexual” habría terminado viviendo en la calle si un buen samaritano no le hubiese dado un lugar para dormir en un garaje. Este nuevo amigo animó a Walt para que asistiera a Alcohólicos Anónimos, donde se dio cuenta que tenía que conectarse a un “poder superior” si iba a llegar a la cima del lío en que se había metido.
Walt empezó a darse cuenta cada vez más que él era realmente un hombre, pero que estaba envuelto en una “máscara de mujer”.
“Yo era muy consciente que ahora estaba entre los deshechos de la humanidad, hundido en una vida arrojada a la basura, distorsionada por mis propias decisiones. El alcohol, las drogas y la cirugía me habían hecho inútil para cualquier cosa. Yo había fracasado estrepitosamente como el hombre que Dios había creado para que yo lo fuese”.

Fuera del valle de oscuridad
Con la ayuda de unos amigos cristianos recientemente encontrados, Walt comenzó un viaje hacia la sanación y hacia el descubrimiento de su verdadera identidad como hombre. Walt se dio cuenta que la clave para ganar la batalla que se desencadenó dentro de él era la sobriedad. Su mantra era: “Mantente sobrio, sin importar en qué, mantente sobrio”. Dejó la bebida y se volvió a Jesús como una fuente recién descubierta de fortaleza.

En cierta ocasión, durante un tiempo de oración con su psicólogo cristiano, Walt dice que experimentó espiritualmente al Señor, todo vestido de blanco, que se acercó a él con los brazos abiertos, lo envolvió y le dijo: “Ahora conmigo estás a salvo para siempre”. Fue en ese momento que Walt supo que iba a encontrar en Jesús la sanación y la paz que él tanto deseaba.
Durante una entrevista con LSN, Walt dijo que los que están luchando con su identidad como hombre o mujer y piensan que la cirugía de sexo es la solución “necesitan ir a un psicólogo o a un psiquiatra y entrar a terapia y cavar en el fondo para averiguar qué está causando este deseo, porque hay algunos problemas psicológicos subyacentes o algún problema psiquiátrico que no está resuelto que hay que explorar -si hubo abuso sexual, abuso físico (o) modelo”.
“Puede tomar un año explorar los temas profundos que están pasando y entonces, cuando se hace eso, se puede llevar a la persona a un punto donde puede comenzar a entender su género y comenzar a aceptar su género y a querer vivir el sexo que Dios le dio”.
Como un hombre ahora viejo, Walt cree que si pudiera volver atrás en el tiempo y decirse a sí mismo unas pocas palabras significativas como un hombre más joven, él diría a ese hombre más joven que evite la cirugía de sexo y que descubra la causa que subyace en el deseo por la cirugía.
Walt cree que su historia testimonia el poder de la esperanza, que nunca se debe renunciar a alguien, no importa cuántas veces él o ella caiga o cuántos giros y vueltas haya en el camino de recuperación. Por encima de todo, dice Walt, nunca se debe “subestimar el poder curativo de la oración y el amor en las manos del Señor”.

Fuente : Religión en libertad 


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Reciban la Luz y la Paz del Espíritu Santo, Amén.

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lunes, 14 de noviembre de 2011

FAMOSA ACTRIZ MEXICANA KARYME LOZANO, YA TIENE 3 AÑOS DE CONVERSA A LA FE CATÓLICA


La famosa actriz mexicana Karyme Lozano
Le pidieron que posara desnuda en una película... y ahí comenzó su vuelta a Dios
La popular actriz mexicana nos habla de su fe, su conversión ("soy una bebé, 3 años de conversa") y su visión del cine y del amor.

Karyme Lozano, actriz mexicana muy conocida en Hispanoamérica por sus telenovelas y últimamente por la película "Cristiada", que se estrenará pronto en España y EEUU, siempre creyó en Dios, pero de una forma confusa e inmadura


Su vida sentimental era igual de confusa y, como ella misma admite, "si me hablaban de castidad, me reía". Pero precisamente el pudor fue lo que le llevó a reflexionar y a tener una experiencia del Espíritu Santo, tomando un café con un amigo, que de repente cambió su vida radicalmente.

- Karyme, ¿podrías concretar exactamente cómo fue el momento de tu conversión plena a Dios?
- Pese a vivir en un mundo superficial, yo tenía cierta inquietud espiritual, buscaba a Dios en religiones raras, en la meditación... Pero lo que me cambió de verdad empezó así: una revista me pedía posar completamente desnuda, algo que nunca había hecho aún. Yo, con la mente, pensaba, "sí, ¿por qué no?" Pero mi corazón me decía: "no, no lo hagas". Yo no tenía nada clara mi fe pero tenía un altarcito con una imagen de Jesús, yo ya le pedía cosas a Dios, y le pregunté: "¿qué hago?" Fui demorando la sesión del desnudo durante tres semanas, sin decidirme...

- ¿Te presionaban?
- Sí, me llamaban, y mucha gente me decía: "otras actrices se desnudan, está bien, es artístico..". Pero mi corazón, en el fondo, quería escuchar otra cosa. Y rezaba: "Jesús, hazme ver la verdad de mi vida". Entonces pensé en hablar con 
Eduardo Verástegui,
actor mexicano como yo. La gente me decía que Eduardo ahora vivía en la fe, que hablaba de Dios incluso en entrevistas generalistas. Pensé: "Eduardo es el único en nuestro ambiente que me dirá que no haga el desnudo". ¡Pero él no estaba en el país, estaba de viaje en Europa!

- ¿Y qué pasó?
- Pues que quedé con un amigo de Eduardo que también era un converso reciente. Fueron cuatro horas apasionantes, con un café, hablando con él de Dios, de los valores, los sacramentos... ¡y la abstinencia! Él era novato en la fe pero el Espíritu Santo le iluminaba, le daba las palabras exactas. Él mismo luego me dijo "no sé ni cómo me salían esas palabras". Mira, si a mí me hablaban antes de abstinencia, yo me reía. Pero allí, en esa charla de café, de golpe lo entendí todo. Entendí de golpe la belleza de la abstinencia, de la castidad. ¡Fue el Espíritu Santo! Era un "antes no y ahora sí". Y me puse a llorar. Lloré porque entendía cómo había ofendido a Dios en mi vida.

Jesús dice que "el Espíritu Santo convence de pecado" [en Juan 16,18]...
- Eso fue lo que me pasó. Y nadie me lo había explicado. Allí tuve claro, de golpe, el tema del pecado. Y más cosas. Y le dije a Dios: "te doy gracias porque me has hablado con claridad; ahora dime cómo vivirlo en la familia, en la sociedad; ya no voy a echarme atrás, te lo entrego todo, mi vida mi carrera, y sólo pido que me guíes". Y así estoy: soy una bebé en la fe, llevo menos de tres años de conversa.

- Tú has sido madre soltera, muchos te han visto como un icono de belleza... ¿Qué dirías a los jóvenes sobre el amor? 
- Yo he vivido en la fama y el éxito. He probado drogas, no muchas, pero gracias a Dios que no me enganché a ellas, porque otros quedaron atrapados con menos. Vi el ambiente de las parejas, el todos con todos... pero era todo un vacío de tristeza, de crudeza moral. ¡Nada de eso da verdadera felicidad!

- ¿Y como es ahora tu vida sentimental?
- Tengo novio, también es católico practicante y vivimos la castidad y esperaremos hasta que nos casemos. Es un hermoso camino. Yo dije sí a Dios y él me dio un hombre bueno. Si te mantienes firme, atraes a gente que piensa como tú y te respeta. Es una relación hermosísima, porque estás por la persona, no por su cuerpo. En la castidad ves el verdadero amor, no la mera pasión. Lo estoy viviendo por primera vez en mi vida. Por eso, a los jóvenes les digo que no se rindan, que lo intenten y no se arrepientan de vivir así.

- ¿Cómo es tu vida espiritual o de oración? 
-  Igual que hacemos ejercicio para mantener el cuerpo, hay que fortalecer también el alma. Tengo un director espiritual, un sacerdote. Hay que fortalecerse para que no te tumbe el Enemigo (el "Patotas" le llamo yo). Intento ir a misa diaria y rezar el rosario cada día, pero no siempre lo consigo. Creo que es importante la confesión. Pido mucho la intercesión de la Virgen, sobre todo en mi relación de pareja, ¡es super importante que nos cubra con su manto!

- ¿Tienes algún santo preferido?
- Me gusta Santa Rita de Casia. Por cierto, que hay una película bonita sobre Santa Rita, que es fácil de encontrar. También tengo un pariente santo en la familia, Rafael Guízar y Valencia, un santo mexicano, es un mártir de la época de los cristeros. Yo le pedía mucho a San José por un buen marido. Y le rezo a San Miguel Arcangel en momentos de angustia o preocupación. También acudo a una Virgen de Guadalupe bendecida que me regaló mi mamá. En fin, mucha oración. Le platico mucho a Dios. Cuando flaqueo, Dios me recuerda que Él es lo importante. La comunión me da mucha fortaleza, luz de Dios, ¡es como unas pilas espirituales, da energía! 

- Háblanos de "Cristiada", la película ambientada en la guerra de los cristeros, en México. 
- Tiene un mensaje universal, no es una película religiosa. El tema central es la amistad, la unión que hace la fuerza, el luchar por la libertad en la época de los cristeros. El presidente impedía la libertad de religión, cerraron las iglesias... Pero el enfoque de la película no es lo católico, sino que el ser humano ha de luchar por su libertad y sus creencias. Gracias a esos héroes hoy tenemos libertad para la fe, para nuestras creencias y valores. 

- ¿Cómo ves el cine actual?
- Hay mucho cine amarillista, porque dicen que vende la violencia extrema, con drogas, sexo... Muchos directores van por esa rama. Pero el público está dispuesto a pagar por una película que le haga salir contento, con mensaje. El cambio empieza por el consumidor... Por ejemplo, "The Blind Side", protagonizada por Sandra Bullock, fue un gran éxito, era una película comercial pero con mensaje.... Y vendrán más, gracias al público. Por lo tanto, consumamos buen cine, que sea positivo para la sociedad. "Cristiada" es una película comercial, puede ser un gran éxito, entretiene a toda la familia y su mensaje es universal.

otro testimonio , Viva Cristo Rey , salvad almas del cine y tv , amén.

fuente : religión en libertad


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