1- CASO STEFAN ESZTERGÁLYOS
Stefan Esztergályos siguió a maestros esotéricos.
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Del Reiki a la brujería y al intento de suicidio: cuando aceptó a Dios, su vida se reorganizó
Stefan Esztergályos era un joven que vivió los dos últimos años de tiranía comunista en Checoslovaquia en el servicio millitar, muy a su disgusto, pero acercándose a Dios.
El 17 de noviembre de 1989 empezó la “Revolución de Terciopelo” en Checoslovaquia: cientos de miles de personas salieron a las calles y el gobierno comunista colapsó. El 29 de noviembre, el disidente cristiano Vaclav Havel era elegido presidente para conducir el país hacia las elecciones libres.
Así empezaba una nueva etapa en el país. Stefan se sentía atraído por la fe católica, en la que estaba bautizado pero poco formado. Conoció laicos franciscanos, recién legalizados en el país, como otras terceras órdenes para laicos, y con ellos empezó a orar, leer la Biblia y hablar de Dios. Le atraían por algo que no sabía nombrar, pero hoy sabe lo que era: una fe viva y amor sincero a Jesucristo.
El dinero que aleja de Dios
Pero muy pronto Stefan se asentó en la vida adulta como empresario de éxito. “Disfrutaba de mi trabajo, y ganaba dinero. Y con el tiempo, el poder del dinero y el deseo de riqueza y de reconocimiento empezaron a controlarme”, recuerda. Y empezó a distanciarse de Dios y de la vida de oración.
“Un día me di cuenta de que me sentaba en dos sillas, de que tenía dos amos que no se gustaban entre sí”. Sus amigos le señalaban que aún se las daba de cristiano, pero vivía alejado de la fe. Era hipócrita. Desde luego, con su ritmo hedonista, sabía que no le permitirían hacer los votos de laico franciscano en la comunidad.
Había que elegir… y eligió lo fácil: dejar de lado a Dios.
Mística oriental y meditación
Pero el puro materialismo no llenaba su espíritu, y al cabo de un tiempo buscó algo espiritual… ¡que no fuese Dios! Conoció a un hombre que se dedicaba a la mística de religiones orientales, la meditación, con muchas lecturas y practicante de artes marciales.
Stefan conocía poco de su propia fe, de la Biblia y la Iglesia, y el hombre le ofrecía “espiritualidad”, guía, acompañamiento. “Y así cambié al Maestro eterno por uno terrenal e imperfecto”, lamenta hoy.
Con él, profundizó no sólo en la meditación, el orientalismo y las artes marciales, sino en las prácticas de lo oculto, la astrología y el reiki, la supuesta sanación espiritual mediante el manejo de energías y la imposición de manos.
“En vez de rezar, ahora meditaba en soledad, lo que me alejaba de la realidad de la vida. Creé mi propia religión, a mi imagen y semejanza, con lo que me resultase conveniente”, asegura.
Además, ganaba más dinero que nunca, tenía muchos amigos influyentes y se casó –en la iglesia, aparentando ser un buen católico- con una mujer hermosa “a la que aún hoy amo”.
Reiki: una entrada al ocultismo
El reiki era la práctica que más le afectaba, y en la que había profundizado mucho. “Ya era capaz de sanar gente mediante esta práctica. Sentía la energía. Yo estaba convencido de que hacía algo correcto, de que ayudaba a la gente. Hoy sé que esto no es según la voluntad de Dios, y que la forma de obtener esa energía, iniciarse en estas enseñanzas, es ocultismo. Aleja a la gente de Dios y les hace meterse en cosas que no conocen”, advierte Stefan.
Se obsesionó completamente con su “hambre avariciosa de poder y conocimiento”. Gastó mucho dinero en libros de ocultismo y esoterismo.
Aprendiz de brujo... literalmente
Un día, apareció un hombre misterioso en la tienda en la que trabajaba. Le preguntó sobre sus conocimientos y técnicas ocultas. Stefan las comentó. El hombre misterioso las desdeñó: para él, dijo, eran débiles tanteos. “Este hombre era un brujo, que buscaba un aprendiz. Para mí era una oportunidad única, pero titubeé algo. La magia no es un divertimento, es un asunto serio. Él me dio un tiempo para pensarlo”.
Y aprovechando una semana que su esposa estaba en el extranjero en un viaje de trabajo, Stefan acudió a ser iniciado en las enseñanzas del brujo. Y desde ahí, se hundió su vida.
“Esa semana tuve visiones de cosas trascendentes, de criaturas; en mi presencia pasaban efectos extraños: luces que se encendían solas, termómetros que ardían… Y poco después acabé en el pabellón psiquiátrico: las visiones sólo pararon después de tres meses de pabellón cerrado, incontables electroshocks y terapia con medicamentos”.
Dañado y hundido
Este tratamiento dejó a Stefan extremadamente débil y delgado, y con su personalidad dañada. “Era solo un cuerpo: dormía, comía, y fumaba sin parar”.
Después de la segunda hospitalización, su mujer presentó los papeles del divorcio. “En dos meses y 10 minutos de procedimientos perdí a la mujer que antes había querido acompañarme en lo bueno y en lo malo”.
Su trabajo ya no era interesante: nada lo era. Sus amigos le abandonaron. Perdió su dinero. Y aunque sus parientes le habían apoyado, en dos años murió su madre, con la que vivía, que era su sostén en esos años.
“Tenía sueños terribles, sentía que alguien reclamaba mi alma y pedía un precio por las cosas en las que me había metido. Me controlaba una gran incertidumbre y un miedo que no era terrenal”.
Dos veces intentó suicidarse: una con medicinas, otra intentó cortarse las venas. Pero ninguna vez lo consiguió.
Miró a su alrededor. Todos le rehuían. Sólo entre enfermos psiquiátricos encontraba aceptación: gente que estaba tan mal como él.
Y, en cierto momento, se dio cuenta. Necesitaba a Dios, al Creador.
"Y me abandoné en Dios"
“Sólo mi Creador podía ayudarme. Y empecé a confiar en Él. Fue Dios quien me hizo superar mi miedo, mi desconfianza, mi dureza… mediante Su Amor. Me abandoné en Él, yÉl me mostró que estaba contento de mi retorno. Si no me hubiera salvado Él, hoy no estaría vivo”.
Recuerda cómo fue la primera vez que Él le "tocó". Stefan acudió a un grupo de oración, “y yo sólo lloraba, y lloraba, y lloraba. Nadie me había amado como Él me dejaba experimentar entonces, y aún hoy. Sólo Él puede amar tanto”.
Llegó una etapa dura pero liberadora: “tomar la decisión cada día, cada mañana, entre vivir con Dios o sin Él”.
Pero sabía que no había nadie más a quien acudir, y nadie mejor. Le entregó su vida “y fue la mejor decisión que tomé jamás”. Y después de tomar esa decisión, las cosas cambiaron.
Quemar miles de euros de ocultismo
Quemó toda la literatura ocultista que tenía, y que valía miles de euros. “No fue fácil, necesité todo un año”, advierte. Stefan quiere dejar claro que quemar el material esotérico era necesario.
“Las personas que se abren a estas enseñanzas y poderes no se dan cuenta de a quién están invitando en sus vidas así. Es un sirviente traicionero y un amo cruel. Al principio crees que tienes poder sobre algo, pero cuando te tiene en su mano y empieza a controlarte, no te libras de él con facilidad. La única solución es acudir al Único que tiene todo el poder en el Cielo, y en la tierra, a Dios”.
![]() Sanación y vida nueva
Con el tiempo su vida se reorganizó. “Muchas cosas se recuperaron, corrigieron y sanaron. Pude perdonar a los que me habían dañado, porque también yo había experimentado el perdón. Volví a encontrar sentido a la vida, nuevos amigos y trabajo. Llevo a otros a que conozcan más a Dios. Pero lo que me hace más feliz es que Dios es mi Señor, realmente presente en mi vida. A quien viva con dudas o desesperación, le animo a que haga como yo:prueba y gusta a Dios, y verás qué bueno es".
3- CASO DE "MÓNICA"
Al principio el Reiki y la Nueva Era parecen dar paz, pero es un engaño.
Una mujer de Madrid, a la que llamaremos Mónica, ha hecho llegar a ReL su testimonio con su experiencia en el mundo del Reiki, una práctica que se presenta como terapéutica y que sus partidarios presentan como una manipulación o canalización de una "energía espiritual sanadora", por parte de usuarios que han recibido una "iniciación" en esa canalización.
Mónica quiere explicar su testimonio para ayudar a otras personas.
Lecturas de adolescencia
»Llegada la adolescencia, la etapa de las efervescencias, los grandes ideales y las preguntas incontestables, la individualización de la persona y los cambios físicos, canalicé mis inquietudes con la lectura. Esta vez atraída por temáticas pseudocientíficas, humanistas sin apellidos o abiertamente esotéricas. Todo ello acompañado de la escucha de un programa de radio que me tuvo enganchada durante tres años.
»Mientras tanto, seguía recibiendo una formación religiosa sólida, fundamentada en las verdades de fe y la ortodoxia en la práctica, que verdaderamente me alimentaban interiormente.
La engañosa belleza de la New Age
»Me fascinaba todo lo que se relacionara con la Nueva Era (New Age). La belleza de las autoafirmaciones -un
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elogio a mis afanes de superación-, la sensibilidad al hablar de la persona humana, la cuidadosa atención a las realidades sociales desfavorecidas, la idea de sanación del planeta, la serenidad de la meditación y la música con sonidos de la naturaleza. Mi inquietud sobre el estudio de la persona humana, su cerebro, su vivencia de la realidad….
Un Jesús que no es Señor ni Salvador
»Y un Jesús despojado de su divinidad, un maestro. Al que, por otra parte, yo verdaderamente quería.
»En mi vida de oración dejé de llamar a Jesucristo “Señor”, término serio, frío, alejado. ¿Señor?. No. Tú eres mi Jesús, conformado a mis gustos, que todo lo aguanta, amigo, hermano, maestro, filántropo. Pero ¡es que ese señorío es la esencia del cristianismo! El Padre, que por amor se encarna en nuestra humanidad, para saber lo que es el dolor, la miseria, la soledad. ¿Puede un Dios hacerse todavía más cercano a mi realidad?
»El capellán de la Facultad donde había estudiado mi carrera, muchos años antes, ya me había encomendado la lectura de algunos libros. Por los medios de formación Cristiana a los que acudía también me llegaron algunas lecturas que me inquietaron dentro de mi aletargamiento.
»Yo seguía. Lectura, investigación, complementos al método científico. Todo era evidente, "empíricamente" cierto, ¿no sería que los cristianos exageramos mucho?. "No, no puedes ser escrupulosa". Las practican hasta religiosas y sacerdotes. "No, yo debo desarrollar todos mis talentos".
»Tuve un péndulo, que se rompió, y seguí con mis lecturas, mis prácticas, las esencias florales, las clases que yo daba….mis cursos complementarios a la carrera…. Pero dentro de una vida en Dios e inmersa en la misma sed y deseo de estar con Él. La misma sed que tenía Él de estar conmigo.
»Hasta que llegó el Reiki. El Reiki y sus efectos sutiles »Una persona de suma confianza me habló de sus bondades, que yo muy bien conocía de oídas -se aplica hasta en hospitales- y deseaba adentrarme en ellas. »Los círculos de información previa [sobre Reiki] ya me resultaban dudosos, en especial porsu hostilidad con la Iglesia Católica y sus creencias, un tanto extravagantes. »La persona que impartía las clases era psicóloga –una compañera de profesión-, pensé. Mejor imposible. "Qué bien prepara el Jefe las cosas". Como esta práctica hay que “recibirla”, antes de poder darla, tuve que "pasar por quirófano" yo antes. La "operación" [iniciación en el Reiki] duró alrededor de dos meses, tras los que sucedió todo. Primer aviso: el libro del padre Tardiff »Primer asalto carismático. Mi amiga Elizabeth, con la que compartía estudios de Máster, una mañana tomando café me instó a que lo dejara. Ella conocía muy bien aquéllos terrenos…. Percibí su preocupación. Pero yo no podía dejar esto: primero porque no tenía la capacidad de ver o discernir el peligro de aquello, segundo, estaba muy sensibilizada a aquellos asuntos. Al fin y al cabo todo era relativo. »Días Elizabeth después me trajo un libro, “Jesús está vivo” del P. Emiliano Tardiff, incansable conductor de la Renovación Carismática en Latinoamérica. Sin saber por qué –apreciaba en el fondo los criterios de Eli-, leí de corrido el libro en una noche. »Me resultaban extravagantes las vivencias que página a página se iban contando allí. La renuncia a las prácticas que alejaban e incluso dañaban a las personas en su vida de fe, en sus mentes y en sus cuerpos. La sanación como en el Evangelio, una manifestación de carismas…. ¡Qué extraño todo! Falsa paz y una inquietud profunda »Puedo decir que, a pesar de estar metida en estos vericuetos, la paz que encontraba no era una auténtica Paz interior. Ya desde el principio, cuando empecé a recibir el Reiki, estaba inquieta, nerviosa, y no sabía porqué. »Abría la Biblia y encontraba pasajes en los que se advertía sobre las falsas doctrinas, las malas prácticas, etc. Incluso ya antes, estas lecturas me sorprendían, en la etapas de mis cursos. Sabía que algo no encajaba bien, sospechaba e intuía, pero no quería mirar y ver. Una comunidad rezando por ella »Segundo asalto carismático. Conocí a Pilar hace muchos años, cuando frecuentaba los medios de formación del Opus Dei, y nos conocimos a través de la persona que se encargaba de mi formación. Entre nuestras muchas conversaciones, ella me contaba sus experiencias en la Renovación, sus actividades en las cárceles. Y entablamos amistad. Estábamos en contacto. »Me llamó. En aquélla llamada le expresé mi malestar, para el que no encontraba una causa. Y me dijo que me encomendaría en la cadena de oración de su Comunidad. Un ejército de personas había comenzado a rezar por mí. ![]() »Visperas de la fiesta de la Virgen de la Almudena. Acudía aquella tarde como las otras [a las clases de Reiki]. Me dijo [la profesora de Reiki] que se encontraba indispuesta, a lo que yo aduje que me iba y retomaríamos la clase otro día, pero me invitó a tomar un té. En un punto de la conversación le interrogué con la mirada: –¿Pasa algo? – Bueno, quince minutos antes de que tú llegaras estaban aquí. – ¿Qué? – Son muy físicos, y parecen dos... »No me pareció extraño. Esta persona ya me había hablado de los "ángeles" y de los "arcángeles". Para hacer reiki se deben invocar: al parecer son siete. Omito otras cosas que pasaron aquélla tarde. Pero nada de lo sucedido me quitó la paz aquel día. La monja que entró en la tienda
»Pasada la fiesta de la Almudena, dos días exactamente, trabajaba en la tienda restableciendo el orden para la venta normal. Entró por la puerta una religiosa, que se decía misionera. Hablaba del por qué había vuelto a España, de su vida en peligro, y los peligros a los que nos sometemos los cristianos. Con las prácticas orientales, el yoga, el reiki…
»Ni con Eli ni con nadie experimenté lo que aquél día con esa Hermana Carmen. Un salto interior (como de hipar), súbito, y darme la vuelta después para comentarle que yo hacía muchas de esas cosas y que no las encontraba nocivas. Que no podíamos meter todo en el mismo saco. Razonamientos que ya tenía con anterioridad….
»Sus palabras me llovieron en una tierra ya diferente, creo que por acción del Espíritu Santo…
»Después siguió hablando.
–Subía por esta calle pero algo me empujaba a venir aquí. Yo pensaba: ¿y qué se me ha perdido a mí ahí arriba?. Y continuaba caminando. Pero ante la insistencia me dije, "voy". En pleno mes de Noviembre a las 19:30 es noche, en la oscuridad sólo se ven los focos de la tienda. Y allí se metió sin saber por qué. »Acudí después a mi última sesión de Reiki. ¿Por qué tenía que creer a esta Religiosa?
»Días después la Hermana Carmen rezó por mí. Asidua de la Renovación Carismática, lo hizo en aquel estilo del libro del padre Tardiff y me ungió con aceite exorcizado.
"Yo o el Reiki" »De los días siguientes sólo voy a describir tres estados:
»1. Una gran compunción interior y en mi corazón con fuerza las siguientes palabras: “Estoy contigo, pero tú en tu libertad decidiste este camino”. Pero Su sufrimiento era mi sufrimiento.
»2. Si bien la realidad no suele componerse de ambivalencias y la vida se compone de un abanico de matices entre el blanco y el negro, aquí, y en este asunto sólo podía elegir. “Yo o el reiki”.
»El problema de estas cosas es que lo que se vivencia es realmente bueno y sanador….en un principio. Se entremezclan realidades espirituales con la dinámica de la carnalidad…La pregunta es, ¿pero, de quién vienen?.
»3. Una ausencia interior que no puedo describir. Como San Pablo, había caído de mi propio caballo, cegada por la Verdad. Me venía a la mente sin saber por qué ese pasaje. Omito los detalles del infierno interior por el que pasé.
»A pesar de la evidencia, tardé unos días más en tomar mi decisión. ¿Qué hacer? ¿De qué palabra fiarme?, ¿y si simplemente estaba somatizando algún conflicto interior?.
Elegirle a Él
»Desde un puro acto de fe y en la más absoluta soledad de mi libertad le dije que sí al Señor.Sabía que le quería y que si debía renunciar a mis cosas por permanecer en Su amor, lo haría. En mi libertad había escogido un camino peligroso, y Él, en mi libertad, me había respetado, sin dejar de quereme. Por pura Gracia y puro Amor quiso quebrantarme en ése momento.
»Cuarto asalto carismático. Estebana. Pasados unos meses una antigua compañera –psicóloga también-, y amiga, también de estudios universitarios, a la que conocí en la Capilla de Somosaguas, me expresó su deseo de volver a una Comunidad….¡¡¡Carismática!!!, que frecuentaba años atrás.
Una fe alegre y desacostumbrada
»Permanecí alrededor de dos años asistiendo de incógnito -como Nicodemo visitando a Jesús-, a las diversas iniciativas a las que me invitaba, organizadas por la Renovación Carismática Católica.
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»Entre perpleja y confundida presenciaba una vivencia de la fe totalmente diferente a lo que estaba acostumbrada. Las personas en las celebraciones levantaban las manos a la vez que repetían “¡gloria, alabanza, bendito y santo!”, con una alegría poco corriente.
»Al llegar me saludaban efusivamente y me llamaban “hermana”. Si seguía acudiendo era por la evidencia de que algo se me iba a mostrar allí, pues en parte, me resultaba un insulto a mi razón y juicios. Y lo peor de todo: lloraba y lloraba, y no sabía porqué. Pensé en dejar de asistir a estas asambleas: "Para venir y llorar…"
Adoración en el Seminario
»Al mismo tiempo iba al Seminario Conciliar, a unas adoraciones carismáticas semanales. Me sorprendía durante la semana con las músicas que se cantaban allí en mi mente, y me sentía alimentada. Pero sabía que tenía que ir a estas asambleas. Interiormente lo sabía. Y como Nicodemo, lo hacía. "Que no se entere nadie, porque con la fama que tienen los carismáticos…".
»Mi primera Pascua [un retiro de 3 días en Pascua que suele organizarse en Renovación Carismática] la pasé durante tres días llorando (sin connotaciones de tristeza o alegría). Simplemente llanto.
»–El Don de lágrimas- decían. Y me llovían kleenex desde todos los ángulos según estaba sentada.
La experiencia de Viernes Santo
»El Viernes Santo, en la mañana, estando reunidos en plena oración de alabanza, me sucedió algo que no he vuelto a experimentar con aquélla intensidad después. Un calor como de fuego, que me quemaba, pero no ardía, empezó a bajarme por la cabeza, desde la coronilla, y pasaba por el cuello, los brazos, el tronco…hasta llegar a la cintura. Allí se paró. ¿Por qué hasta la cintura?. No lo sé. Hubiera deseado quedarme así toda mi vida…
»Comencé a frecuentar abiertamente los círculos carismáticos. Hasta el día de hoy todo ha sido un proceso de purificación y abandono. Lento, muy lento, pero progresivo. Jamás hubiera imaginado los infinitos tesoros que se me muestran ahora en mi vida de fe. No se me ha quitado nada, y se me ha dado Todo.
»Aquí está la Felicidad, palpitando, es real, viva, eficaz. Ni carca, ni añeja, ni trasnochada. En la Palabra, la Tradición y el Magisterio lo tenemos todo.
Más lecturas e información
Mónica recomienda "encarecidamente" los siguientes enlaces para conocer mejor la problemática del Reiki:
-“Jesucristo, portador del agua de la Vida. Una reflexión cristiana sobre la Nueva Era”. Consejo Pontificio para el diálogo interreligioso.
- La web del padre James Manjackal, sacerdote de la India, con "una importante labor en la liberación de personas sumidas en estas prácticas. Adjunta numerosos testimonios clarificadores". http://www.jmanjackal.net/esp/esp.htm
- “Carta a los Obispos de la Iglesia Católica sobre algunos aspectos de la meditación Cristiana”. Joseph Cardenal Ratzinger. 15 de Octubre de 1989. Congregación para la Doctrina de la Fe.
- Retiros y libros del padre Ghislain Roy
- Libros y Cds de Sor Emmanuel Maillard, así como su propio testimonio de conversión.
4- CASO DEL SACERDOTE PAVOL HUSIC
5- CASO DE TOMASZ (TOMEK) JOVEN POLACO.
Tomek sintió que era expulsado fuera de su cuerpo por un poder maligno
Tomasz (Tomek) es un polaco que estuvo alejado de Dios desde su adolescencia en los años 90 hasta 2010, cuando volvió a la Iglesia.
Su itinerario fue accidentado: varios años en una secta que le captó usando su amor por las artes marciales, después unos años de vida hedonista, y unos cuantos años más tanteando el budismo. Una noche, una experiencia con lo diabólico le impactó tanto que él, un tipo duro forjado en la lucha y las artes marciales, reconoció que necesitaba a Dios como Señor y Salvador. Películas de Bruce Lee a los 15 años Tomasz se crió en una familia católica polaca, creciendo en su adolescencia en una Polonia que dejaba atrás la pesadilla comunista. A los 15 años él era muy aficionado a las películas de artes marciales, especialmente las de Bruce Lee. Estaba paseando de noche con unos amigos del barrio, cuando se les acercó un adulto, un tal Robert "el Verde", conocido en la zona como maestro de artes marciales. Llevaba algunas herramientas de gimnasio de estas artes. ![]() Una granja para aprender kung fu Robert les llevó al cabo de un tiempo a la granja de un amigo. Allí, si ayudaban con algunas tareas, podrían recibir más entrenamiento. Sería su "monasterio shaolin", como en la película Kung Fu. Primero acudían los fines de semana. Luego en jornadas de varios días. A los padres de Tomek les parecía bien, porque veían que su hijo hacía gimnasia, que no fumaba ni bebía ni iba de discotecas, y fortalecía su cuerpo y carácter. Y es que las reglas de los maestros insistían en comer "comida sana", no beber alcohol, y en la disciplina. ![]() Trucos para "controlar la energía" Robert y Andrzej les hablaron mucho de controlar "la energía". "Nos enseñaban trucos como quebrar alicates con las manos o aplastar nueces con los dedos. Lo veía con mis propios ojos y esas cosas me impresionaban". Al principio el joven Tomek aún seguía yendo a misa, y de hecho Robert, su maestro le acompañó en algunas misas para jóvenes, pero "Robert nunca hablaba de Dios, sólo hablaba de ´sistema´, de un ´sistema´ que nos apoyaba y llenaba de energía cósmica", recuerda Tomek. Pronto el joven dejó de asistir a la iglesia. Pasaron unos 5 años, Tomék era un buen alumno, y la mano derecha de Robert. Y entonces unos amigos le mostraron una historia salida en la prensa acerca de una secta que captaba jóvenes mediante clases de artes marciales. En su testimonio de 2012 en la revista "Amaos" Tomek no lo especifica, pero probablemente se trataba del artículo de los periodista J. Jabrzyk y B. Kittel en el diario "Rzeczpospolita" del 10 de junio de 2005 titulado "El club de la lucha". Un tal Roman Danilewicz, alias "Kundalini" (llamado así por la serpiente mística de energía del yoga) era el líder de la secta... y el maestro de Andrzej. El objetivo de la secta no estaba muy claro: parece que buscaba usar jóvenes como trabajadores, lograr financiación pública con actividades sobre "diálogo de civilizaciones", y apoyar ciertas causas políticas. El maestro con "poderes curativos" Robert convenció a Tomek para que no se fuese del grupo. Conoció así al propio Maestro Kundalini. "Tenía unos 60 años, era físicamente muy diestro, y se decía que curaba a la gente con energía cósmica. Uno de mis amigos vio con sus ojos que curaba de cáncer a una mujer. Se supone que de joven el mismo Kundalini padeció una enfermedad incurable, pero se inició en el yoga y se curó mediante una iluminación, aprovechando la fuerza de su propia voluntad", señala Tomek en su testimonio. Le costó varios años más dejar ese grupo, en cuyas empresas trabajó, a menudo 24 horas al día junto a Robert, su maestro, en viajes de negocios. Pero finalmente consiguió dejarlo. Artículos que leería después le convencerían de que había salido bien parado de un grupo peligroso. Sexo y hedonismo Fuera de la secta, Tomek tomó un ritmo de vida egoísta y hedonista, aunque tenía un deseo aún profuno de "ser buena persona". Se enamoró de una mujer casada y se lió sexualmente con ella durante unos 4 años, sabiendo que estaba mal. hecho. Pero se daba cuenta de que ni su vida profesional en las artes marciales ni su vida sentimental le daban felicidad. Por primera vez, en muchos años se dirigió a Dios y le preguntó por qué era tan infeliz. "Creo que Dios contestó a mi pregunta, porque algún tiempo después rompí con esa mujer y conocí a Gosia, la que ahora es mi esposa. Mi vida empezó a cambiar un poco". Por ejemplo, antes de casarse por la Iglesia fue a confesarse. Era su segundo trato con Dios. Parecían entrar en una etapa positiva: tenían un hijo, un piso, un coche y estaban juntos. Salir del cuerpo y "flotar" Pero estaban lejos de Dios. Él ahora exploraba tres cosas: el budismo, la "energía" oriental yuna práctica ![]() Tomek leyó casi todos los libros que encontró del Dalai Lama y pensó que el camino budista y la reencarnación parecían tener sentido. Fue justo antes de ir a un retiro espiritual católico con su esposa en un convento, por insistencia de ella. Allí les predicaron sobre la oración del Nombre de Jesús: "Señor Jesucristo, ten piedad de mí, pecador", una oración breve que se repite y medita. Fue allí donde vivió la experiencia que le transformó. Lo demoníaco en la noche "Llegó la noche. Me acosté para dormir, y sentí que algo me atacaba, como intentando sacarme de mi propio cuerpo. Tengo que decir que siempre quise ser luchador, que era un tipo duro y valiente, pero en ese momento, quizás por primera vez en la vida, estaba asustado como un niño pequeño. No sabía qué era. Empecé a luchar contra esa fuerza, hasta que al fin y al cabo logré librarme de ella y me senté en la cama." "De repente me di cuenta de que mientras estaba sentado, mi cuerpo seguía estirado detrás de mí. Me horroricé. Me retiré a mi cuerpo y abrí los ojos. Era la una de la noche aproximadamente." "Cada vez que intentaba cerrar los ojos, algo empezaba a desgarrarme, hasta que al fin vi un lobo que saltó desde debajo de la cama, se echó sobre mí, y empezó a devorar mis órganos internos. Yo, luchador, tenía un miedo terrible. En un momento me desperté y me puse a rezar a Jesucristo con las palabras que nos propusieron en el retiro. ¡Señor Jesucristo, ten piedad de mí, pecador! Y añadía mis propias palabras: ¡y defiéndeme! Por primera vez en mi vida pedía a Cristo que me defendiera". "Todo desapareció, como si alguna fuerza invisible de verdad me hubiera protegido. Estoy seguro de que en ese momento el Señor Jesús me salvó la vida. Me tocó y me liberó de todo lo que me causaba dolor desde hacía años, aunque no había sido consciente. La noche siguiente dormí bien. Esos dos días en el convento me cambiaron. Hoy me doy cuenta de que no soy tan fuerte como parecía, y que sin Jesús no soy capaz de hacer nada". Energías, salir del cuerpo...¡peligro! Tomek termina su testimonio con una adventencia: "no hagáis experimentos con ninguna energía, con salir del cuerpo o cosas parecidas, es muy peligroso y conduce a la posesión demoníaca. Cuando me confesé de ese pecado esa misma noche sentí que estaba flotando en el aire y oí a alguien hablarme: flota, flota, y verás lo bueno que es". omek previene contra la tentación de volver a esas prácticas y avisa de que nada es comparable con estar cerca de Dios, "lo más importante de nuestra vida".
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miércoles, 3 de julio de 2013
5 VICTIMAS DE LA NEW AGE Y CONVERTIDOS A LA FE : CASOS IMPRESIONANTES.
Publicado por
JANUA COELI-PUERTA DEL CIELO CENTRO DE APOSTOLADO CATÒLICO
en
15:00
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Pero el puro materialismo no llenaba su espíritu,
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