Dios y el padre Marx le esperaban
Mosher regresó a Estados Unidos con esa idea en la cabeza, y fue así como, primero, descubrió a Dios: "Si buscas el bien, encontrarás a Dios, porque es la fuente de todo el bien del Universo".
En esa búsqueda, Steve se encontró con la Iglesia católica: "Era la única organización quedefendía coherentemente la santidad de la vida humana desde la concepción hasta su muerte natural, y había conservado la verdad en su plenitud. Otros habían abandonado partes de ella, si no toda".
La mujer de Steve, Vera, era católica de nacimiento, y comenzaron a ir juntos a misa. Mosher conoció al benedictino Paul Marx (1920-2010), fundador de Human Life International (HLI), una de las más poderosas organizaciones provida del mundo, y con el tiempo se bautizó y se unió a él en su tarea. Actualmente dirige en el estado de Virginia el Instituto para la Investigación sobre la Población, y mantiene su colaboración con HLI.
"Ver a un feto abortado le afectó en lo más profundo", explica Vera: "Él tuvo un padre menos-que-perfecto, pero cuando conoció al Padre del cielo y el amor y perdón que ofrece, quiso hacerlo él mejor con sus hijos".
Nueva evangelización
El impulso que la causa de la vida ha cobrado en todo el mundo en los últimos años, hasta el punto de invertir por primera vez la tendencia de la opinión pública en Estados Unidos, por ejemplo.
Y se está revelando un factor importante en la nueva evangelización. Muchos anti-abortistas descubren que sólo la Iglesia mantiene en todo el mundo y a todos los niveles un mensaje provida claro y valiente, cueste lo que cueste. Y frente al abortismo de la ONU es la gran autoridad mundial de referencia en defensa de la vida, algo que anima a quienes, como Steve Mosher, descubren de golpe lo que hay realmente detrás de cada embarazo suprimido.
Fuente : Religión en libertad.
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